Wednesday, July 1, 2009

La satisfacción de un aleteo rápido

Hace unos días pasó que en el piso de arriba de mi casa (que esta en construcción y que por el momento es un largo galerón), mi mamá encontró un pajarito tirado gracias a una de mis perras. Resulta que el pajarito era un colibrí aún pequeñito porque todavía tenía plumas de polluelo, supongo que el pobresito debe haberse estrellado o algo porque estaba ahí tirado, sin heridas aparentes, atontado pero vivo todavía. Cuando lo tomé en mis manos hizo el ruidito más curioso una especie de "pio" lastimero y muy muy tierno y cada que le tocaba la cabecita o el cuerpecito piaba de las misma manera. De inmediato busqué un lugar donde colocarlo y afortunadamente tenía una canastita que llené de retazos de tela para que guardara calorsito y estuviera mullido y cómodo, lo coloqué ahí.

Después de eso, lo primero que se me ocurrió fue que, según se, los colibrís requieren de mucho y constante alimento ya que son animalitos que consumen una gran cantidad de energía por la manera en que aletean y late su corazón; así que bajé y preparé un jarabe simple con agua, azúcar y un poquitito de miel para intentar darle de comer algo, el pajarito estaba con los ojitos cerrados y muy atontado, es imposible tratar de abrirles el piquito a estos animales porque es muy pequeñito y frágil además de largo, así que con un palillo probé untarle el piquito con unas gotas, y después de un ratito si lo abría y se relamía cosa que era buena señal, pero de esa manera no se le podía dar gran cosa. Se me ocurrió tomar una especie de dedal y llenarlo con el jarabe, acercarlo a su piquito y ver si reaccionaba, y sí funcionó, supongo que percibió el olor o algo y sacó su lengüita (comen con una larga y muy delgadita lengua que parece un hilito transparente) y comenzó a comer, comió mucho y después de un rato se notó que le faltaba alimento pues reaccionó y se espabiló bastante, se acabó el jarabe y lo dejé en la canastita para que se recuperara más, tuve que salir unas horas así que lo dejé en la canasta cubierto por una tela para que no se escapara.

Cuando llegué más tarde lo volví a alimentar y comió mucho, esta vez con más facilidad y ya se le veía muy activo, ya había abierto los ojos por completo y se veía muy recuperado pero decidí mantenerlo a salvo en la noche y, si todo parecía bien, liberarlo en la mañana. A la mañana siguiente, cuando quise volver a alimentarlo, el colibrí ya estaba muy inquieto y salió volando dentro de mi recámara, estuve tratando de atraparlo un buen rato y llegó un momento en que solito saltó a mi mano, lo acaricié un poco a manera de despedida, abrí la ventana y lo dejé volar, se había recuperado por completo.

Sentí una gran satisfacción al verlo volar como si nada hubiera pasado, me sentí feliz de haberlo ayudado y haber logrado que comiera, dice mi padre que le salvé la vida porque si no hubiera estado intentando un buen rato darle de comer, y si no lo hubiera logrado, seguramene habría muerto. Los colibrís son unos animales sorprendentes, son tan delicados y perfectos, son interesantísimos y muy bonitos, siempre me he sentido fascinada por ellos y la verdad nunca creí tener uno en mis manos... fue muy lindo, y más lindo verlo sano y libre, yeiii.

5 comments:

Ale-Alejandro said...

Y nos atrevemos a decirles animales...

Que bonita historia, sé que suena estúpido pero ese colibrí siempre te estará agradecido(a)

Ya puedes tener hijos.

Jajaja, saludos

ZGRL said...

Aw... ya puedo tener hijos? ahhh pero no, al menos todavía no!... No sabes lo bonito que fue tener a ese pajarito entre las manos, una verdadera belleza.

Gracias Alex!!

c324r said...

Así me pasaba a mi, pero con gorriones huérfanos.

Es la neta que se acuerden de uno, que se dejen agarrar... caray...

Miss B. said...

Qué hermosa acción.

Anonymous said...

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